Que sí, que vaya viaje se están pegando, que qué envidia, que qué bonito es todo... ¡pero también sufrimos lo nuestro! Últimamente nos estamos metiendo unas sesiones de autobús que ni en los mejores tiempos de nuestra relación: esos maravillosos viajes Vitoria – Valencia, ¡Ay que recuerdos! Esto realmente es un homenaje a esos días, jajaja.
La verdad es que es toda una experiencia: recorridos de 23 horas en los que ves pelis, juegas al bingo, comes, meriendas, cenas, duermes, escribes el blog, y todo lo que se te pueda ocurrir para matar el tiempo, bueno, todo no xD.
Tenemos que decir que los autobuses son muy cómodos (y caros de cojones) , vamos, auténticas camas y preparadas para energúmenos de dos metros xD... me temo que en Bolivia no será igual jojojo.
Atardecer desde el bus
Cómodísimo
Si si, un poco de victimismo ya faltaba en el blog, ufff que dolor esos autobuses 23 horas, para luego tener un ilimitado tiempo de recuperación y no pensar que el lunes hay que ir a trabajar.....cacho perracos!!
ResponderEliminarAvanti, avanti!!
No comment! pero tú no te quejes que ahora mismo estarás por... Bangok!!
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