lunes, 20 de agosto de 2012

Panamá City: Puente del mundo

No hemos estado en Nueva York, pero la sensación al cruzar el puente de acceso al centro de la ciudad debe de ser parecida, salvando las distancias, a cuando te adentras en Manhattan, con la "ligera" diferencia de que a los pies de estos rascacielos se encuentran miles de chabolas.

Nos alojamos en el casco viejo, y damos fe de que es viejo de verdad. Se encuentra en fase de restauración total: la mitad de las calles están levantadas y la mayoría de edificios se caen a trozos. Tiene su encanto pero con tanta obra no es agradable pasear.

La presencia de Estados Unidos en esta ciudad es más que palpable, y no sólo por el uso del dolar. Esta ciudad gira alrededor del Canal de Panamá, y ya se encargó EEUU de construirlo para así tener el control de todo el tránsito interoceánico durante el siglo XX (en 1999 pasó a manos panameñas). Ver deslizarse un gigantesco carguero por las esclusas del canal es todo un espectaculo: pasan justitos ya que todos estos barcos se construyen teniendo en cuenta las medidas que el canal puede manejar. Para que os hagáis una idea de las cifras que se manejan, el peaje promedio que paga un barco es de $100.000, y pasan unos 40 cada día. Aunque parezca una cifra elevada, estos cargueros se ahorran diez veces esta cantidad al no tener que rodear por el cabo de Hornos (2 semanas de travesía). Ah! el barco que más ha pagado hasta el momento por cruzar desembolsó $419.000, y el que menos fue un tal Richard que pagó $0.36 por cruzarlo nadando.

Para nosotros Panamá también ha sido una ciudad estratégica ya que desde aquí volamos a EEUU y nos despedimos de mi hermana y Josep que ya están de vuelta en España. ¡Ya se os echa de menos!

Y las fotos:

A esto dedica Laura los ratos libres

Vistas desde el casco viejo

Casco viejo

Las King-Kong

Canal de Panamá

Esclusa

Buses urbanos

Kuna vendiendo su artesanía

Kuna Yala Paradise

De entre las 365 islas que forman Kuna Yala (archipiélago de San Blás), Marcelino, nuestro capitán de patera, nos dejo en Isla Franklin (Tubasenica). Aquí veníamos a relajarnos y eso hicimos. En una isla totalmente equipada (basket, volley, cabañas, aseos, comidas incluidas, venta de cerveza, refrescos y cocos) nuestra rutina durante los cuatro días fue la siguiente:

* 7:15h - Suena la caracola, el desayuno está listo.
* 7:30h - Como zombies a la mesa para desayunar huevos, mermelada y pan de molde.
* 8:00h - Posición horizontal en sus diferentes modalidades (vuelta a la cama, vuelta y vuelta en la arena, haciendo snorkel). Si había ganas corríamos alrededor de la isla (2 minutos por vuelta).
* 11:30h - Suena la caracola, la comida está lista.
* 11:45h - ¿Esto son horas de comer? ah, pues hay hambre ya eh! A la mesa a comer pollo o pescado, y el arroz que no falte.
* 12:45h - Qué mejor que una siesta para bajar la comida.
* 16:00h - Partidete de basket y/o volley.
* 17:00h - Suena la caracola, la cena está lista.
* 17:15h - ¡Pero si es hora de merendar! Ah, pues yo hambre ya tengo eh! Nos encontramos de nuevo con el pollo y su inseparable amigo.
* 18:00h - Ducha y partidita de poker.
* 22:00h - Se apaga el generador, silencio total en la isla, sólo las olas del mar se dejan oír desde nuestra cabaña. ¡Pero si aún no ha empezado el peliculón de Antena 3! Ah, pues ya hay sueño eh!
* 22:15h - ¡Gabon - Bona nit!

¿Seríais capaces de llevar esta rutina durante toda vuestra vida? sé de más de uno que sí ;)

Lo más interesante de la isla era sumergirse en sus aguas cristalinas para hacer snorkel. Vimos peces de todo tipo y algunos corales, pero lo más chulo fue encontrarnos estrellas de mar. Nunca habíamos visto ninguna, así que las estresamos un poquillo fotografiándolas cual estrellas de Hollywood.

Rompiendo nuestra rutina diaria, hicimos una excursión a dos islitas cercanas a la nuestra: Isla Estrella e Isla Perro, en la primera había miles de estrellas y en la segunda no había ningún perro, pero sí un barco hundido. Haciendo snorkel se podía apreciar la nueva decoración del barco: un mosaico de corales con infinidad de peces merodeando a su alrededor. Nuestra "inmersión" se vio interrumpida por el ataque de las medusas gigantes, si no me avisa María, una se me pone de mochila.

Todos nos hemos imaginado alguna vez el paraíso, y para nosotros esto es lo más parecido, sólo cambiaríamos a los turistas por nuestros familiares y amigos y pondríamos una máquina de hacer leche merengada.





Os dejamos con las fotos y el book que se hicieron Laura y María:

Palmeritas 

Las tres estrellas

Embobadas

Volviendo de pescar

Atardecer

Las cabañas

La palmera solitaria

Langosta

El centollo

La pesca

Achicando

Transporte familiar

Una de tantas

Isla Diablo

En isla Perro

Isla Desnudo

Así se ven desde fuera

Laura y su diario

Pasando el rato

¡Fua!

Los Kunas entre los turistas

Nuestra cabaña

Una partidita de billar

¡Rápido, que se lo lleva el agua!

Empieza la partida

Vuelta 515

Salto de longitud, echábamos de menos las olimpiadas

Basketball time

Pescando

Mar de estrellas

¿Quién es la estrella aquí?

A mi me daban dos



miércoles, 15 de agosto de 2012

El complicado pero espectacular paso fronterizo Colombia - Panamá


Ya repuestos de la traición de la transmisión, emprendimos nuestra marcha hacia tierras panameñas. El camino iba a ser complicado: Bus de 5,5h hasta Montería, furgo hasta Turbo (4h) donde hicimos noche, lancha rápida (2 horas interminables debido a los golpetazos que daba la lancha, terminamos con el culo cuadrado... y por supuesto a los turistas nos dan los peores asientos, es decir, al frente) hasta Capurganá y finalmente en panga durante 12h (comúnmente conocidas como pateras, jaja) sellando nuestra entrada a Panamá en Puerto Obaldía y haciendo noche en Corazón de Jesús, hasta llegar a las ansiadas islas de San Blás.

Dicho así parece una paliza, y lo es, pero vamos a contar la parte buena de hacer esta matada.

De Capurganá podemos decir que es un sitio bastante tranquilo, con alguna playita para tomar el baño y echar un volley pero poco más, pero lo mejor es la caminata que puedes hacer por la "selva" hasta llegar a Sapzurro, el último pueblito de Colombia. La playa de este pueblo es realmente una cala enorme resguardada del mar abierto, muy tranquilo también pero lo mejor estaba por llegar. A 20 minutos andando y pasando un cerro, se cruza a Panamá (el puesto fronterizo está en la cima, obviamente) hasta llegar a La miel, un pueblo con una playa espectacular donde se puede hacer Snorkel a pocos metros de la orilla con una variedad de peces y corales bastante interesante.

El duro trayecto desde Capurganá a San Blás se veía recompensado con las maravillosas vistas del tapón del Darién, un área selvática que históricamente ha servido como una barrera natural entre ambos subcontinentes. Las islas de Kuna Yala (San Blás) se hicieron protagonistas dejando en segundo plano al Darién.

Vimos islas de todo tipo: grandes, pequeñas, pijas, habitadas, desnudas, la isla de Tricicle, ... Nuestro primer contacto con los Kunas fue en Corazón de Jesús, donde hicimos noche porque al oscurecer no se atreven a adentrarse en el archipiélago por miedo a encallar en los arrecifes. Los Kunas nos enseñaron que un velero no es más que una patera con un palo y una sábana... si lo llegamos a saber antes nos hacemos uno en Cartagena, jaja.

Y las fotos por supuesto:

Lancha rápida Turbo - Capurganá

Taxi Capurganá

Nuestra cabaña en Capurganá

Vista de Sapzurro desde el paso fronterizo

Vistas sin el cartel, jeje

Islita frente a la playa de Capurganá

Casi perdemos a Laura, jaja

Niños jugando en el muelle

María relajada ante el Caribe

Muelle de La Miel

Al agua patos

Playa de La Miel, ¿se ven los peces?

Playa y selva a escasos metros

La comodidad de una patera

Nuestra panga en una isla pija

Restaurante de piji-island

Una de tantas

La de Tricicle

Isla poblada

Velero Kuna

Velero Kuna-stampado

Velero Kuna-trucha