Panamerican Dream: junio 2012

lunes, 25 de junio de 2012

Lima: hay que vivirla

Ya estamos de vuelta después de más de un mes ayudando en el albergue, pero esto ya os lo contamos en el siguiente post.

Son muchos los comentarios sobre que Lima es una ciudad de paso, una ciudad gris en la que no merece la pena perder ni un sólo día. Pues igual es verdad si vienes como mero turista, Lima hay que vivirla más que visitarla.

Es toda una aventura moverse por la ciudad y alrededores en sus autobuses no turísticos. Para nosotros era toda una experiencia desplazarnos desde el albergue al centro de la ciudad (2 horas) observando en todo momento cómo funciona el negocio... y es una auténtica pasada: son muchísimas las empresas de autobuses que hacen los mismos recorridos y la competencia es brutal; buses con las puertas abiertas para ir gritando el recorrido, el boletero saltando en marcha para no perder ni un segundo, el sube y baja de los pasajeros cargados con sus compras, el sonido de los claxons, los atascos monumentales, los vendedores ambulantes que se juegan la vida entre los coches en plena panamericana...
Pero sobre todo impresionan las carreras entre empresas por recoger pasajeros ayudándose de los "chivatos", hombres que se encargan de controlar el paso de los buses para vender la información (cuántos han pasado y hace cuánto) a los boleteros (lanzan las monedas al aire sin parar el bus). Otra anecdota graciosa: la policia les para si recogen pasajeros fuera de las paradas o llevan las puertas abiertas (algo que hacen constantemente), pero lo solucionan de forma sencilla ¡escondiendo 10 o 20 soles entre la documentación cuando se la solicitan y tema zanjado!

Como sugerencia de sitios a visitar si la estancia va a ser corta: el parque de las aguas, imprescindible verlo de noche para disfrutar del espectáculo de luces sincronizado con las fuentes.

Otra experiencia ineludible es la gastronómica :))) con esto no te aburres: tiradito, parihuela, arroz con mariscos, infinidad de ceviches, conchitas a la parmesana, chicha morada, pisco sour, causa limeña, ají de gallina, papa rellena, pollo a la brasa (el olor en la calle te seduce al instante), carapulcra, sancochado, y muchas opciones más... a ver qué me queda entre los dientes... A esto dedicábamos nuestros fines de semana para descansar de las lentejas del albergue, no está mal :P

Algunos restaurantes:

Os dejamos algunas fotillos:

Carrusel de marisco

Una de las fuentes del parque de las aguas

Otra fuente

Parapente en Miraflores

Parque en la costa de Miraflores

lunes, 4 de junio de 2012

De Huacachina a Paracas

Ya sabemos que ha pasado mucho tiempo desde nuestra última entrada, pero es que hemos estado super liados con nuestro voluntariado en un albergue con unos 830 niños, pero esto ya os lo contaremos otro día ;)

Huacachina, un oasis en el desierto peruano

Camino de Lima hicimos una parada en este oasis para disfrutar de un desierto con dunas de arena en condiciones (el desierto de Atacama será el más árido, pero de dunas de arena ni hablar). Acá pasamos varios días esperando una más que agradable visita, Javi, un antiguo compañero de trabajo de mi etapa en Valencia. Lo pasamos genial correteando por las dunas, viendo atardeceres, brincando con los buggies por las dunas e iniciándonos en el mundo del sandboarding. Y por contaros un poco más de este lugar: está a 5 min en taxi de la civilización, no penséis que fue una odisea llegar hasta él, jaja. Ah! y a unos 20km de aquí pasó la última edición del Dakar. Y ya como curiosidad, este oasis sale en los billetes de 50 soles.

Paracas e islas Ballestas

Cuando conseguimos desprendernos de toda la arena que acumulábamos en cada huequecillo de nuestra ropa, nos dirigimos los tres a Paracas, a una hora de huacachina y ya en la costa del Pacífico. Desde este pequeño pueblo se puede visitar las islas Ballestas y la reserva nacional de Paracas.

Lo de las islas Ballestas está bien si estás por la zona, pero yo no sé si recomendaría a alguien ir allí si no te viene de paso. Ves cantidad de pájaros y leones marinos, y algún que otro pingüino. La visita son dos horas que te saben a bien poco.

Lo mejor fue la visita al Parque Nacional de Paracas, decidimos hacerlo por nuestra cuenta ya que eramos tres y nos salía el mismo precio alquilar un taxi que hacerlo con un tour. Tuvimos la gran suerte de dar con Darío, un crack! no es taxista sino pescador, pero como la gente se gana la vida como puede, pues tras estar toda la noche pescando hace las veces de taxista para sacarse algunos soles más. Total, que allá que nos fuimos con él en su destartalado coche con un olor a pescado interesante (aún no sabíamos que era pescador y nos lo desveló diciendo que llevaba una bolsa de pescado en el maletero). Con él vimos lo típico de la reserva pero desde el punto de vista de un pescador, lo cual lo hizo mucho más interesante. También nos comento cómo vivió el terremoto de Pisco (cerca de Paracas) en 2007 que arrasó gran parte de la ciudad y alrededores (todavía se le ponían los pelos de punta al contarlo).

El amigo Darío era todo un personaje, se las daba de conocer la mar a la perfección (era verdad eh!) y en una de sus demostraciones se subió a unas rocas en la orilla y una seguidilla de varias olas más altas de lo normal se las hizo pasar canutas... y con imagen inmortalizando el instante, jaja, vaya risas nos pegamos!